Alteraciones estructurales y funcionales en el cerebro de las personas con trastorno bipolar

Diferentes pruebas de neuroimagen tanto estructural (permite detectar cambios en diferentes partes del cerebro) como funcional (cambios cerebrales que se producen mientras la persona está realizando una función cognitiva) nos han permitido observar las diferencias cerebrales de las personas con trastorno bipolar comparándolas con las personas sin la enfermedad. Veamos cuáles son estas diferencias.

El diagnóstico del trastorno bipolar se hace a nivel clínico, a partir de los síntomas. Sin embargo, las técnicas de neuroimagen (como la resonancia magnética o la tomografía por emisión de positrones) en combinación con las pruebas neuropsicológicas (pruebas de memoria, atención sostenida, velocidad de procesamiento, etc.) también nos permiten confirmar la existencia de disfunciones cognitivas en el trastorno bipolar, aunque por el momento no las podemos considerar una técnica diagnóstica.

Neuroimagen estructural

Índice del artículo

Las técnicas más utilizadas son la resonancia magnética nuclear (RMN) y la tomografía axial computerizada (TAC).

La resonancia magnética nuclear utiliza un campo magnético y ondas de radio para obtener imágenes del cerebro. No se utiliza radiación y ésta es una de las diferencias que tiene con la tomografía computada.

La tomografía axial computarizada (TAC), también llamada escáner, es una técnica de imagen médica que utiliza radiación X para obtener cortes del cerebro con fines diagnósticos.

Se ha visto que las personas con trastorno bipolar tienen un agrandamiento de los surcos corticales (pliegues de nuestro cerebro) y un aumento del 15% de los ventrículos laterales respecto a las personas sin la enfermedad. Los ventrículos laterales forman parte del sistema ventricular del cerebro, en cuyo interior se encuentra el líquido cefaloraquídeo.

Por otro lado, no se han encontrado diferencias respecto al volumen total del cerebro.

Estudios con resonancia magnética han destacado lesiones profundas en la sustancia blanca (pequeñas lesiones hiperdensas subcorticales), reducción del tamaño en la parte frontal del cerebro (entre otras funciones, el lóbulo frontal es la parte del cerebro que nos permite dirigir la conducta hacia un fin, planificar y secuenciar) y alteraciones en la comunicación entre el hemisferio cerebral derecho y el izquierdo.

Otros estudios han encontrado una disminución del volumen global de la sustancia gris.

También se ha encontrado un incremento de la amígdala que se asocia con una disfuncionalidad en la regulación del humor. Recordemos que la amígdala forma parte del sistema límbico (noticia anterior) y tiene un papel principal en el procesamiento y almacenamiento de las reacciones emocionales.

Neuroimagen funcional

Estudio Enigma
Los pacientes bipolares tienden a tener reducciones de materia gris en las regiones del cerebro frontal involucradas en el autocontrol (colores naranjas), mientras que las regiones sensoriales y visuales son normales (colores grises). Crédito: Consorcio bipolar ENIGMA / Derrek Hibar et al.

Las técnicas más utilizadas son la tomografía por emisión de positrones (PET), la tomografía por emisión de fotones (SPECT) y la resonancia magnética funcional (RMNf).

La tomografía por emisión de positrones es una técnica de diagnóstico capaz de medir la actividad metabólica del cerebro.

La tomografía por emisión de fotones es muy parecida a la radiografía. En este caso, utiliza los rayos gamma.

La resonancia magnética funcional muestra en imágenes las regiones cerebrales que ejecutan una tarea determinada.

Los estudios con PET nos han permitido conocer el aumento de la dopamina (neurotransmisor más implicado en el trastorno bipolar) en el lóbulo frontal en las fases de manía y una menor activación del lóbulo frontal durante la depresión.

En resumen, en esta noticia hemos explicado los principales métodos de neuroimagen que se utilizan en el trastorno bipolar, así como las alteraciones neuroanatómicas que conlleva la enfermedad. Con estos resultados podemos volver a afirmar que el trastorno bipolar es una enfermedad cerebral que implica cambios en las estructuras más relacionadas con el procesamiento emocional y las funciones ejecutivas.

Bibliografía

Colom, F; Vieta, E. De la euforia a la tristeza. El trastorno bipolar: cómo reconocerlo y tratarlo para mejorar la vida. La esfera de los libros. 2008.


ENIGMA consortium – University of Southern California. Cortical abnormalities in bipolar disorder: an MRI analysis of 6503 individuals from the ENIGMA Bipolar Disorder – Working Group. 2017.

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